Revisando esos libros viejos que guardamos de padres y abuelos, hemos encontrado un montón de información sobre lo que nos gusta, las abejas y sus productos, en forma de textos, gráficos o fábulas destinadas a «educar» al público en edad de formarse, eso sí, hace más de 60 años.
–Lecciones de Cosas en 650 grabados, de G.Colomb, con adaptación hispano-americana del profesor Luis G. León, siendo editor Gustavo Gili.
Se trataba de desarrollar el espíritu de observación del niño, sin cansar su memoria, afirmaba el autor. Al parecer, la miel se extraía del panal poniéndola a escurrir. Afirma que las gotas que caen son miel pura, y la cera, queda sola formando panales. Sería perfecto que fuera tan sencillo.
–Historia natural, de la Librería de los sucesores de Hernando.
Afirma el libro, que son nociones generales de Historia Natural, acomodadas a las necesidades más comunes de la vida. Creemos que fue publicado en 1913. No es que seamos mejores dibujantes, pero los dibujos de la reina y obrera son mejorables, si pretendemos explicar a un niño la diferencia.
– Manuscrito moderno, de J. Demuro. Editorial Estudio.
Estos textos servían para hacer preguntas sobre ellos a los estudiantes.
– Vida y fortuna o arte de bien vivir, de Ezequiel Solana. Editorial Magisterio Español.
Como dice el libro, son páginas dedicadas a los obreros, y muy especialmente a los alumnos de las escuelas primarias y de alumnos. La versión está aprobada por la autoridad eclesiástica. Incluye ideas de laboriosidad y ahorro, que afirma deben presidir todas las enseñanzas. Por eso recoge el relato «La cigarra y las abejas«.
La cigarra y la abeja.
Cuando empezó el invierno, medio muerta de hambre y de frío, llegó una cigarra a una colmena y pidió humildemente a las abejas unas gotas de miel de sus panales.
Las abejas dijeron:
-¿Qué has hecho en el buen tiempo ¿Es que ya has consumido todas tus provisiones?
-En el verano- contestó la cigarra- pasé el tiempo alegremente cantando entre los árboles, sin preocuparme del invierno.
-Hermana cigarra- le dijeron las abejas-nosotras en el verano trabajamos afanosas para acopiar provisiones con que poder vivir en los tiempos duros, pero sólo tenemos para nosotras. ¡Dios te ayude!
Y la cigarra se murió de hambre.
– Fábulas educativas, de Ezequiel Solana, editorial Magisterio Español.
Las fábulas expuestas, servían al maestro para que fueran expuestas y ampliadas y luego los niños pudieran responder con claro conocimiento a las preguntas que se les haga. Una de las fábulas, «Las avispas y las abejas».
La influencia de la fábula, explica el libro, se considera grande y bienhechora, sobre todo cuando todavía se es un niño.
Fábula de las avispas y las abejas.
Las avispas, vecinas de una colmena, del avispero estaban muy satisfechas; y orgullosas un día de su obra maestra, enseñarlo quisieron a las abejas.
-¿ No es lindo?, les decían; ¿no se asemeja en mucho a los panales de las colmenas?
– Sí; tiene parecido, dijo una abeja; mas cera y miel no vemos. ¿Dónde se encuentran?
Responden las avispas con gran vergüenza:
-Nosotras ignoramos qué es miel y cera.
Conclusión: Las imitaciones siempre valen menos que el modelo.
Julio Rivas
Sería perfecto que fuera tan sencillo
Era asi de sencillo, somos nosotros que lo hemos complicado.
mielesdelrudron
Estamos muy de acuerdo contigo. Quizás algún día esta sociedad sea consciente de ello.