Nos ha parecido una historia interesante, y por ello, nos hemos puesto a investigar sobre la emperatriz Eugenia de Montijo (Granada 1826- Madrid 1920) y su relación con la Casa de perfumes Guerlain, y claro, no podía faltar, con las abejas.
Relación de la emperatriz Eugenia con las abejas
Cuando Eugenia de Guzmán Palafox y Kirkpatrick, se casa en Notre Dame en 1835 con Napoleón III , hijo de Luis, hermano de Napoleón Bonaparte, llevaba su traje de novia bordado con 20 abejas.
¿Cuál era el motivo de lucir este símbolo en un día tan peculiar?
Como ya hemos explicado en el artículo «Las abejas, el emblema personal de Napoleón Bonaparte«, éste adoptó a la abeja como símbolo personal, y su familia, en este caso su sobrino, no iba romper esta tradición.
La abeja y la casa Guerlain
También el perfumista Pierre-Francois Pascal, fundador de la casa Guerlain, inmortalizó en 1853 a la abeja como símbolo en el frasco de su nueva creación, un perfume basado en limón, bergamota y romero, al cuál llamó, L´Eau de Cologne Imperiale.
Todo un guiño hacia la familia y la emperatiz de Francia en aquella época, y consiguió el favor de Eugenia, al ser utilizado por la Emperatriz,lo que le permitió hacer negocio entre el público mundial y las casas reales europeas, recibiendo el título de «perfumista oficial de su majestad».
Este perfume se sigue comercializando en la actualidad por encargo, en un frasco de vidrio con abejas doradas, donde se puede pedir que graben nuestras iniciales, incluso en oro.
Leemos en la revista Vogue, que « la fragancia Eau de Cologne Impériale es fresca, fina y vital, con salida de hespérides, bergamota y limón, realzadas con notas aromáticas como el tónico romero, mientras que su corazón posee notas de flor de azahar y de la hoja de limonero o petit grain.
Un aroma que la emperatriz utilizaba, entre otras cosas, para aliviar sus migrañas. El famoso frasco es un cuerpo cilíndrico de vidrio soplado cuajado de abejas y festones en relieve realzados en oro fino cuya parte superior tiene forma de cúpula inspirada en la columna Vendôme –a unos metros de la boutique del 12, rue de la Paix inaugurada en 1842– y su etiqueta va adornada con el escudo imperial, con su característico águila«.
Las «Maisons de luxe» como Guerlain son casas (empresas) dedicadas a la fabricación de artículos de gran lujo.
En su mayoría francesas, nacen durante el segundo imperio francés (1852-1870).
La emperatriz Eugenia favoreció a esta industria y es conocida su pasión por la moda, el apoyo de la industria nacional de la seda y la joyería.
Lujo con Guerlain y la abeja
Aprovechando el éxito del perfume anterior, en 2010, la casa Guerlain saca al mercado una creación más exclusiva, L’Abeille de Guerlain (La abeja de Guerlain).
La casa Baccarat, especialista en cristal, ha sido la encargada de realizar el diseño del envase, y la casa Guerlain del contenido.
Se trata de una edición muy limitada, 47 botellas, y se dice que al precio de 12 500€ por botella.
Imagen de la abeja y la casa Guerlain
Casa Guerlain ha sabido unir su imagen con la abeja y sus productos, y creemos que no les ha ido nada mal.
Además de los perfumes relacionados con la abeja, ya mencionados, dispone de una línea de cosmética basada en el poder energético de la fructosa de la miel para regenerar nuestra piel.
Para su fabricación utilizan la miel procedente de las colmenas de la isla de Quessay (Francia), beneficiándose de un entorno limpio de contaminación.
Curiosamente los consejos para la buena conservación de un perfume (especialmente si es de lujo) coinciden con las recomendaciones empleadas para la miel: alejarlo de la luz directa y de fuentes de calor y aire, para evitar que se estropee.
Julio Angel
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Alberto
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