Particulares, muchos escolares y grupos organizados son los que visitan Apípolis, centro de educación ambiental ubicado en Galicia, donde Nicolás hace a sus visitantes partícipes de la relación de los seres humanos con las abejas.
Desde el blog de los Mieladictos agradecer a Nicolás que haya compartido su experiencia y su visión de la apicultura con nosotros. Esto es lo que nos ha contado.
«La idea de Apípolis surgió hace muchos años. Mi madre, con mi colaboración, montó una Granja-Escuela en 1986 y desde entonces he estado vinculado a esta actividad, bien trabajando o preparando programaciones. En la granja teníamos colmenas y así descubrí que la abeja es el animal perfecto para hacer educación ambiental. Mientras realizaba otros trabajos comencé con el diseño de Apípolis, la búsqueda de información, fotografías, dibujos, etc., me llevó unos 8 años de trabajo sin dedicación exclusiva. Y fue en Galicia porque es donde vivo y donde tenía más posibilidades de llevar a cabo el proyecto».
Con una financiación enteramente privada, Nicolás discurrió y diseñó todo el contenido de la exposición, adaptando ideas que había visto en otras exposiciones como las colmenas de observación y los expositores de distintas mieles.
Apípolis puede ser visitado por niños desde 2 años en adelante. Con los escolares siempre aplican alguno de los programas adaptados a la edad de los participantes y lo mismo ocurre con los grupos organizados como los de agencias de viajes, asociaciones, discapacitados, etc. También familias y parejas a nivel individual visitan la exposición o realizan alguna de las actividades ofertadas. En la tienda de Apípolis el producto más solicitado es la miel, y luego el polen de Galicia.
«Cuando realizas Educación Ambiental, lo ideal es conseguir hacer que de un hecho puntual y local tengamos la capacidad de convertirlo en cotidiano y global, por lo que me considero un educador ambiental».
En cuanto a la pregunta de cómo ve el futuro de la apicultura, » cree que se enfrenta a muchos problemas con la aparición de nuevas enfermedades y nuevos enemigos que surgen por causa de la globalización, aunque está convencido de que una forma u otra se superarán. Otro asunto es el de pensar en los nuevos problemas ambientales de carácter grave que pueden surgir o empeorar los ya existentes y afectar al medio en general y por tanto a las abejas en particular, pero en este caso prefiero no hacer futuribles».
Nicolás también destaca que «en la apicultura como actividad se está produciendo un hecho curioso, con la crisis hay muchos jóvenes que están volviendo al campo y retomando actividades que sus mayores realizaban, la apicultura es una de ellas y en Galicia está pasando de ser una profesión ejercida exclusivamente por personas mayores (hasta hace poco era raro encontrar un apicultor de menos de 50 años) a existir cada vez más participación de jóvenes. Eso, sin duda, insufla esperanza a la profesión».
Para saber más de este proyecto «pensado» y «trabajado» por personas, os dejamos su página web. http://www.apipolis.com/
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