Casi todos los grandes fabulistas han incluído a las abejas en su obra. Samaniego no podía ser menos.
Un poco sobre la vida de Samaniego
Félix María Samaniego nace en Laguardia, Álava, a mediados del siglo XVIII, concretamente en el año 1745, muriendo en 1801, siendo uno de los «grandes» de la fábula en castellano.
Carlos III gobernaba España, y la mentalidad ilustrada que intentaba cambiar la sociedad, utilizando la ciencia y la técnica para mejorar la vida de los ciudadanos estaba en su punto culminante.
Nacido en familia noble y con dinero, le permitió estudiar Leyes en Valladolid y disfrutar de estancias en Francia para completar su formación.
Fue nombrado alcalde de Tolosa en 1775 y actuó como defensor de los fueros alaveses en Madrid en 1783. Acusado ante la Inquisición en varias ocasiones, por publicaciones donde se decía que criticaba al estado y a la Inquisición.
Sus primeras fábulas se publicaron en 1781 con el título de «Fábulas en verso castellano para el uso del Real Seminario Vascongado», reuniendo 105 fábulas.
Fueron traducciones de La Fontaine y otros temas tomados de Fedro y Esopo. En 1784 publica otro tomo con 52 nuevas fábulas.
Rivalidad con el fabulista Iriarte
La rivalidad con su contemporáneo Tomás de Iriarte, probablemente ayudó a los dos a mejorar sus relatos con intención didáctica y con moraleja final.
Sus escritos sirvieron de apoyo al despotismo ilustrado de los gobernantes para «educar» al pueblo.
Fábulas de Samaniego y las abejas
En lo que se refiere a su relación con nuestro blog, diremos que tenía una opinión muy positiva de las abejas y de sus virtudes, utilizando a estos insectos como modelo a seguir en sus fábulas.
Por ejemplo, en su libro segundo, dedica a su tío el Conde de Peñaflorida unas líneas elogiosas:
«la hormiga codiciosa trabaja en sociedad fructuosamente, y la abeja oficiosa labra siempre, ayudada de su gente. Así unes a los hombres laboriosos para hacer sus trabajos más fructuosos».
En la fábula «El filósofo y el faisán» utiliza también a las abejas para explicar la ingratitud de los humanos.
«A las abejas, que labra sus panales artificialmente, la roba, come, vende sus caudales y la mata en ejércitos su gente».
Y en «El pastor y el filósofo», nos informa,
«que aprendí de la abeja lo industrioso, y de la hormiga , que en guardar se afana, a pensar en el día de mañana».
Y a continuación, las fábulas más famosas del Félix María Samaniego, relacionadas con la miel y las abejas. Que os gusten.
Fábula de Samaniego El ladrón
El ladrón
Por catar una colmena
cierto goloso ladrón,
del venenoso aguijón
tuvo que sufrir la pena.
–La miel-dice- está muy buena,
es un bocado exquisito;
por el aguijón maldito
no volveré al colmenar.
¡Lo que tiene el encontrar la pena tras el delito!
En esta fábula Félix M. Samaniego no utiliza a los animales, aquí los protagonistas son los seres humanos, normalmente gente sencilla.
Fábula de Samaniego Las moscas
Las moscas
A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron,
que por golosas murieron,
presas de patas en él.
Otras dentro de un pastel
enterró su golosina.
Así, si bien se examina,
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina.
Las moscas representan en esta fábula la glotonería asociada a la miel, y también el daño que se puede causar uno mismo si se deja llevar por las malas costumbres.
pepa
bien
Alberto
Me alegro.