El hotel Daniel de Viena, situado cerca del Belvedere (conjunto de palacios y jardines declarados patrimonio de la Humanidad por la Unesco) ofrece estancias urbanas en un ambiente de elegancia.
Sólo por lo anterior es ya una buena opción de alojamiento durante una visita a Viena, pero no hubiera llegado a nuestras páginas de no ser por sus colmenas y su miel urbana.
Y en la azotea del hotel, junto a una escultura de un barco (son muy originales sus propietarios), las colmenas. La miel urbana que se extrae de ella, de la que están muy orgullosos, es utilizada en su sección de pastelería y puede ser adquirida también por los visitantes del hotel.
Desde el 2012, y contando con la colaboración de un apicultor profesional, 7 colmenas, pobladas de abejas, se deleitan con el polen y néctar de las flores y huerto del hotel, así como de los cercanos jardines del Belvedere.
En primavera y verano encontraremos en los terrenos del hotel las plantas de tomates, calabazas, pepinos y hierbas aromáticas que acabarán siendo empleadas en su restaurante.
Pero no acaba aquí la implicación de este hotel con sus abejas. En su restaurante, abierto no sólo a los clientes del hotel, se divulga a la sociedad los beneficios de las abejas, utilizando material en papel que podemos leer mientras desayunamos o almorzamos.
Pero la presencia de las abejas en la capital de Austria no acaba aquí. 5000 colmenas y 600 apicultores se encargan de que todo vaya bien en esta ciudad. Las flores de terrazas, azoteas, jardines, praderas, bordes de caminos, hacen posible que sea así.
La ópera de Viena, el Museo de Historia Natural, el Museo de Bellas Artes (Kunsthistorisches Museum), el Ayuntamiento o el Jardín Botánico, así como otros hoteles de la ciudad cuentan con la presencia de abejas de la miel.
Pero por su originalidad nos fijaremos en las abejas de la miel del zoo de la ciudad, conocido como Tiergarten Schönbrunn, cuya fundación en 1752 les hace ser el zoológico más antiguo del mundo y con unos objetivos muy claros: conservación de la naturaleza y sus especies, así como la divulgación y formación sobre esos temas.
El apiario del zoológico, en un entorno donde abunda castaños y tilos, permite el acceso del público al interior de la colmena a través de unas ventanas y mirillas.
Y sus paneles informativos permiten aprender de lo mucho que las abejas hacen por nosotros y de su funcionamiento interno, así como imitar el baile de las abejas, que utilizan para informar a sus compañeras sobre las fuentes de néctar y polen. La miel está a la venta en la tienda del zoo.
De nuevo contemplamos con alegría cómo las abejas se abren camino en las ciudades.
Fernández Soberón
Una iniciativa muy interesante,para que la gente en general sepa lo importante que es la apicultura
Alberto
Afortunadamente, cada vez son más las iniciativas de esta índole. Esperamos poder daros a conocer unas cuantas más y quizás así alguna persona más se anime a lanzar otras nuevas.