Al igual que en la película «Los 7 magníficos«, donde unos humildes agricultores mejicanos, cansados de aguantar a una banda de forajidos que se queda con sus cosechas, contratan los servicios de siete pistoleros especializados cada uno en diferentes armas de fuego, a los apicultores no nos va a quedar más remedio que fichar a este grupo de «las 7 abejas de la miel», para que utilizando sus diferentes características, sean capaces de mantener alejada a la varroa, a la avispa asiática o a cualquiera de las otras pestes que las aquejan.
¿Quizás un argumento para una película de abejas?
De las más de 20 000 clases de abejas que se afirma que existe, sólo hay 7 abejas de la miel consideradas como especies y otras 44 subespecies.
Las especies son los grupos en que se dividen los géneros, el nivel taxonómico que se ubica sobre la especie.
El género Apis, al que pertenecen estas siete abejas, se debe a la existencia de patas posteriores provistas de unos cestillos para el transporte de polen.
Cada especie de abeja de la miel es fruto de la adaptación durante muchos años al clima, entorno, flora y orografía de la zona habitada.
Para denominar a cada especie de abeja se posee una combinación de dos palabras en latín, la primera corresponde al género y la segunda a la especie.
La especie es el nivel más bajo de la clasificación biológica, y se trata de un grupo de organismos que pueden entrecruzarse entre ellos. Poniendo un ejemplo, esto significa que un macho de Apis florea no fecundará a una reina de Apis mellifera.
Las 7 abejas de la miel
Apis mellifera
Abeja de la miel europea. Extendida por los cinco continentes, muchas veces acompañando a los primeros colonizadores que llegaron a estas zonas. Actualmente muy amenazada por diferentes «agentes», lucha por sobrevivir.
Apis florea
Abeja de la miel enana o abeja pequeña de la India. Sí utiliza los pegajosos propóleos para protegerse de las hormigas.
Construye colonias, formadas por un sólo panal, pero no tan grande como los de Apis dorsata. Lo cuelga de una rama de árbol o arbusto, y a veces en las paredes de una cueva.
Hasta los años 90 del siglo XX fue confundida con A. andreniformis. Son parasitadas por la varroa. Si visitas Pakistán, Irán, Omán y Sri Lanka, podrás escuchar su vuelo.
Aunque se intenta domesticar por la población en colmenas, su rendimiento en miel suele ser escaso.
Apis cerana
También conocida como abeja de la miel asiática.
Habita en el este de Asia, sigue introduciéndose en nuevos países, como Papúa Nueva Guinea o las Islas Salomón.
Le gustan las cavidades para construir sus panales de cera. Colonias más pequeñas que las de Apis mellifera.
A diferencia de la abeja europea no produce propóleos. Se pueden mantener en colmenas y no son especialmente agresivas.
Apis dorsata
Conocida también como abeja de la miel gigante o abeja grande de la India, se puede encontrar en el sur y sureste de Asia.
Tailandia, Afganistán, Sri Lanka, Indonesia son algunos de los países donde habita.
No ha podido ser alojada en colmenas. presentando un carácter agresivo. Para conseguir su miel y su cera hay que practicar deportes de riesgo, con el fin de poder acceder a su asentamiento, donde construye un sólo panal que cuelga de un árbol o de un acantilado.
El mismo árbol puede albergar muchas colonias convirtiéndose en un auténtico árbol de las abejas.
Cuando se agota el polen o néctar en su zona, se marchan a otra área con más posibilidades. Tampoco utiliza los propóleos esta abeja.
Apis andreniformis
Tiene menos agresividad que su compañera de la miel Apis cerana. Habita en Nepal, India, Sri Lanka y China y Singapur entre otros países.
Panal con forma de semicírculo.
Como en las abejas salvajes, protegen su casa con su cuerpo, envolviéndolo para calentar o proteger de ataques.
No les gusta que las busquen alojamientos dentro de colmenas. Confundida con la Apis florea durante mucho tiempo.
Apis koschevnikov
También conocida como abeja roja de la miel. Hasta 1988, esta abeja de Borneo, no gozó de la calificación de «abeja de la miel», ya que se la confundía con otras especies de abeja.
Conocida su existencia en 1906, su descubridor se la dedicó al especialista en morfología de abejas Kozhevnikov, cuyos trabajos se publicaron a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Apis nigrocincta
Sólo se puede encontrar en la isla filipina de Mindanao y en alguna isla de Indonesia como las Célebes.
Morfológicamente se diferencia de la Apis cerana, siendo la A. nigrocincta más grande y amarilla.
Para distinguir estas especies en vuelo, podemos utilizar algunas pautas de su comportamiento o de su alimentación para diferenciarlas, como por ejemplo la hora distinta en que acuden a recoger polen y el tipo de polen que se llevan a la colmena o por la rapidez de los machos de A. cerana, que «madrugan» mucho más para realizar su vuelo nupcial.
Las colmenas de A. nigrocincta suelen tener más machos, y las celdillas de los machos están cubiertas por un opérculo de cera de menos espesor que en A. cerana.
Ambas especies construyen sus nidos aprovechando cavidades en la piedra, y son atacadas por la varroa.
Y como dicen muchos chavales a la hora de finalizar su trabajo, fin serafín.
Alejandro
Hola Muy clara explicación, gracias!!!…….. Solo le faltaron imágenes (ejejeje) Consulta y la abeja africana en que categoría estarla……. Me refiero a la abeja autóctona de áfrica……… No al híbrido americano!
Alberto
Hola Alejandro, gracias por tu comentario. Pienso que la abeja africana es Apis mellifera, en alguna de sus subespecies, hay más una docena repartidas en distintas zonas de África.
Véjar
Hola! Sorprendentemente en México contamos con abejas meliponas, mejor conocidas en todo el mundo como abejas sin aguijón. Producen una miel altamente medicinal y jamás cristaliza, además, sus nidos están hechos de una manera totalmente diferente a las siete especies que adjuntas; se posicionan en dirección horizontal y no son hexagonales (al menos lo que contienen la miel). Saludos 🙂
Alberto
Hola, nuestra admiración por las abejas meliponas siempre ha estado presente en nuestra página. Gracias por comentar.