Lo confieso. He de reconocer que yo también he sucumbido a los encantos de la saga “Juego de tronos”. Y hasta tal punto que, no sólo degusto los trepidantes episodios de la adaptación televisiva, sino que mis ojos han devorado también las cerca de 4.000 páginas que componen los cuatro primeros libros de “Canción de hielo y fuego” de George R. R. Martin (los únicos traducidos al español hasta la fecha).
Sin duda, el incisivo Tyrion Lannister es mi personaje favorito, como el de muchos otros fans a lo largo y ancho del planeta. Y seguro que algún Mieladicto está interesado en saber si Tyrion es aficionado a la miel.
Pues bien, hay muchas probabilidades de que así sea. George R. R. Martin dedica buena parte de sus páginas a describir el entorno y las costumbres que rodean a sus complejos personajes.
Por ello, no es raro leer descripciones muy detalladas de la historia de sus linajes, de sus atuendos o, claro está, de su gastronomía.
Entre las viandas que los personajes ingieren en sus numerosos banquetes son muchas las referencias a nuestro dorado elixir: gachas de avena con mantequilla y miel, chuletas de cordero en salsa de clavo y miel de romero, jamón o conejo asado con miel, brocheta de ratones asados con miel, tortitas de manzana, mantequilla y miel, regaliz macerado en vinagre con miel y clavo, hidromiel, panales de miel para mordisquear, caracoles en salsa de miel de tomillo y ajo, vino endulzado con miel y pasas, pastelillos “dedos de miel”, leche de cabra fermentada con un chorro de miel, muslo de cerdo con clavos de olor bañado con miel y bayas secas, cabrito asado con miel y limón…
¿Por qué tantas referencias a la miel? “Canción de hielo y fuego”, como otras sagas fantásticas, está ambientada en una época pseudo-medieval. Hay quienes afirman incluso que los siete reinos de Poniente están inspirados en la Inglaterra de la Guerra de las Dos Rosas. Siendo así, posiblemente el autor se documentó sobre la cocina en aquella época. En el medievo el azúcar de caña tenía un alto coste por lo que su consumo era reducido, mientras que el azúcar de remolacha aún no se conocía. Por tanto, la miel era el alimento más utilizado, junto con la fruta, para endulzar los platos.
No he conseguido averiguar si George R. R. Martin es también un mieladicto, pero a lo largo de su obra emplea numerosas expresiones abejiles como “Meñique era como un niño que acababa de morder un panal a escondidas. Trataba de ver dónde estaban las abejas pero la miel era muy dulce” o “Cruzaron el riachuelo como un enjambre”.
Más aún, cerca de la ciudad de Antigua el autor crea un río Honeywine (Aguamiel), un castillo de Honeyholt (Colmenar) y un linaje Beesbury (Sotomiel). ¿Demasiadas referencias tal vez para no ser uno de los nuestros?
Eva
Una vez más me parece increible las referencias a la miel que encontramos en todas partes, y es que es innegablemente un producto de los más básicos en la gastronomía humana desde tiempos muy remotos, y por tanto inevitable su constante referencia.
mielesdelrudron
Cuando tienes abierta una «ventana neuronal» al mundo de las abejas te das cuenta hasta qué punto nuestros pequeños animalillos nos han acompañado a lo largo de la historia.
Gracias por tu comentario
daniela
Es de los alimentos más antiguos y además el trabajo de las abejas es uno de los más indispensables que existen en el planeta, sin duda en muchas series/peliculas le hacen referencia a este alimento natural
mielesdelrudron
Muchas gracias Daniela por tu comentario. Además estamos de acuerdo, y endulza mucho esta serie.