Todo el universo importa, desde el guijarro hasta el sol, desde la brizna de hierba hasta sus queridos algarrobos, desde el insecto hasta el águila. (Miró, el pintor de las estrellas).
El cuadro debe ser fecundo. Tiene que hacer nacer un mundo. Poco importa que se vean flores, personajes, caballos; lo importante es que revele un mundo, algo vivo.(Joan Miró, febrero 1959).
«Un oiseau poursuit une abeille et la baisse» (recomiendan no traducirlo del francés por la poca claridad que aporta), es una «pintura-poema» realizada por Miró en 1927.
Para los profanos como nosotros en este mundo del arte y de la obra de Joan Miró (Barcelona 1893- Palma de Mallorca 1983), una primera impresión es que no aparece la abeja por ningún lado y del pájaro apenas una pluma en la parte superior.
No nos quedaba otra que aprender un poco de este catalán universal, y con la ayuda de alguna que otra publicación especializada, interpretar lo que Miró quiso decirnos con esta obra. Y ha merecido la pena, tanto por la obra como por la persona.
Robert S. Lubar, afirma que «es una obra de gran trascendencia en todos los aspectos. En el plano narrativo representa un arco temporal: la trayectoria de un pájaro en su veloz persecución de una abeja, cuyo paso queda configurado geográficamente por un grueso trazo amarillo y la delicada caligrafía de la palabra poursuit (persigue), que recorre, serpenteante, la superficie del lienzo. Pero en la propia superficie pictórica también se representa otro tipo de paso: un movimiento entre el espacio de la escritura y el espacio de la pintura, entre la experiencia de contemplar el cuadro y la de leerlo como un soporte para inscripciones; un movimiento, en otras palabras, entre signos propios de la retina y signos propios de la lengua».
Esta obra es un caligrama, antigua forma de poesía en la que los contornos del texto configuran una imagen. Al leer la escritura de Miró estamos siguiendo la trayectoria del pájaro por el cielo.
Y para completar su interpretación, este otro párrafo del Señor Lubar: «en la tradición mediterránea los pájaros son reconocidos como símbolos fálicos, en tanto que la abeja, palabra femenina tanto en francés como en catalán y castellano, tiene una clara asociación con la mujer. Al fin y al cabo, la abeja reina es la progenitora materna por excelencia».
Afortunadamente nos descubre otra abeja en la obra de Miró. En su cuadro, el «Carnaval del Arlequín», del cuál extraemos esta abeja, un insecto muy colorido. ¿Y qué nos quería decir el artista con este cuadro?
Del propio Miró leemos que lo pintó en su taller de La rue Blomet. Y más detalles:
Intenté plasmar las alucinaciones que producía el hambre que pasaba. No es que pintara lo que veía en sueños, como decían entonces Breton y los suyos, sino que el hambre me provocaba una manera de tránsito parecido al que experimentaban los orientales. Entonces realizaba dibujos preparatorios del plan general de la obra, para saber en qué sitio debía colocar cada cosa. Después de haber meditado mucho lo que me proponía hacer, comencé a pintar y sobre la marcha introducía todos los cambios que creía convenientes.
Los insectos aparecen en muchas otras obras, porque según afirma, le interesaban mucho.
¿Pero qué hace la posible abeja insecto junto a la figura del sol y escapándose un dado, al mismo tiempo que juega con una pelota?
Como en el surrealismo, se suponía que la razón no ejercía ningún tipo de control, parece ilógico responder a la pregunta anterior. Así que nos quedamos sin saberlo.
Tanto la Fundación Miró de Barcelona como la Fundación Pilar y Joan Miró de Palma de Mallorca, además de conservar y exponer su obra, se dedican a promover el arte contemporáneo con exposiciones o encuentros interdisciplinarios, siendo un lugar de investigación y motivación para los jóvenes pintores.
Casualidad o no, en el año 2010, los jardines de la fundación en Palma de Mallorca alojaron una exposición titulada «Colmena», a cargo de los artistas Martina Höfflin y Pascal Glissmann, que han creado una serie de criaturas que cobran vida y nos hacen cuestionarnos la percepción de la vida y la relación con las nuevas tecnologías.
Muchas publicaciones sobre Joan Miró destacan su relación con la Naturaleza, una fuerza que estuvo presenta en su obra y en su vida.
Pasa saber más:
–Los pájaros y las abejas.Joan Miró y la trayectoria del deseo. Autor: Robert S. Lubar.
– Miró, el pintor de las estrellas. Autores: J. Punyet Miró/ G. Lolivier.Rahola. 1993.
Deja una respuesta