Necesitaba que algún autor, que hubiera observado con detenimiento a las abejas, me describiera desde un punto de vista literario, cómo realizan las abejas la formación de los enjambres, la creación de la «ciudad de las abejas», qué hacen las jóvenes reinas, cuándo ocurre el vuelo nupcial, por qué y cómo se realiza la masacre de los zánganos…
Y por fortuna encontré ese libro: La vida de las abejas de Maurice Maeterlinck (La Vie des Abeilles), que ofrece a un lector no experto en apicultura, una maravillosa y asequible descripción de nuestras trabajadoras amigas.
Es tan poético, que habla del perfume, del espíritu, del misterio de «esas vírgenes laboriosas».
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Maeterlinck afirma, que si un visitante de otro mundo nos preguntara por la forma más perfecta creada por la lógica de la vida, deberíamos enseñarle un panal de abeja.
Es por ello, que junto a una pequeña biografía de Maurice Maetelinck, premio Nobel de Literatura en 1911, os transcribo una de las tantas joyas que aparecen en el libro, cuyo lectura me gustaría recomendar para cualquier persona que se considere amante del mundo de las abejas.
«Al cabo de algunos días las cubiertas de esas miríadas de criaturas guardadas en urnas se rajan y aparecen dos grandes ojos negros y graves, dominados por antenas que sondean ya la existencia que vive a su alrededor, mientras sus activas mandíbulas acaban de ensanchar la abertura. En seguida acuden las nodrizas, que ayudan a la joven abeja a salir de su prisión, la sostienen, la cepillan, la limpian y le ofrecen en la extremidad de la lengua la primera miel de su nueva vida. Como llega de otro mundo, se halla aún aturdida, un poco pálida, vacilante. Tiene el aire débil de un viejecito escapado de la tumba.
Diríase que es una viajera cubierta del polvo de los caminos desconocidos que conducen al nacimiento. Por lo demás es perfecta de los pie a la cabeza, sabe inmediatamente lo que debe saber, y como esos hijos del pueblo que se enteran, por decirlo así, al nacer, de que tendrán poco tiempo para jugar y reír, se dirige hacia las celdas cerradas y se pone a batir las alas y a agitarse cadenciosamente para calentar a su vez a sus hermanas sepultadas, sin detenerse en descifrar el asombroso enigma de su destino y de su raza.»
Y no podía dejar fuera sus comentarios sobre los zánganos de la colmena, a los que califica de amantes honorarios, pródigos, satisfechos, ventrudos, encumbrados y atolondrados. Todavía no sé si es bueno o malo que te etiqueten de esa manera.
Ediciones del Libro La vida de las abejas de Maurice Materlinck
El autor dejó muy claro desde el principio que no pretendía escribir un tratado sobre apicultura, aunque sus 20 años de experiencia trabajando con las abejas y el haber leído casi todo lo publicado de ellas, podrían haberle animado.
No pretende con su libro que al acabar su lectura uno pueda ya manejar una colmena.
Quizás ese es el motivo de su éxito. La última edición en castellano, la del 2018.
Biografía de Maurice Maeterlinck
(Gante 1862-Orlamonde 1949). Nacido en una familia burguesa (tuvo el título de Conde Maeterlinck), su padre era un rico rentista que dedicaba su ocio a la apicultura y horticultura (una variedad de melocotón y otra de uva llevan su apellido).
Aunque flamenco de nacimiento, escribió en francés. El premio Nobel le fue concedido en 1911.
Esta influencia paterna se hará sentir en el amor por la Naturaleza. En 1898 viaja a España e inicia un estudio sobre las costumbres de las abejas.
En 1901 publica «La vie des abeilles», que junto con otros libros como «La vida de las termitas «(1927), «La vida de las Hormigas «(1930), y «La inteligencia de las flores» (1907), le convierten en un escritor mundialmente conocido.
Al estudiar el mundo de los insectos, llega a la conclusión de su analogía con nuestra estructura social humana.
Lo invisible, lo infinito, lo desconocido son temas recurrentes en su obra.
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Cassandra
lo acabo de conseguir, una edicion del ’44 y es precioso*
Alberto
Me alegro mucho, es un libro que se disfruta.