Sí, su reino es pequeño, porque Ben es un duende y Holly es un hada y también son diminutos. Pero es un reino lleno de aventuras y simpáticos personajes.
“El pequeño reino de Ben y Holly” (“Ben and Holly’s Little Kingdom”) es una serie de animación británica destinada al público infantil creada por Mark Baker y Neville Astley en 2009 y producida por Astley Baker Davies, los promotores de la archifamosa “Peppa Pig”.
En este pequeño reino, Ben es uno de los duendes del gran árbol y Holly es la princesa y aprendiz de maga. Aunque no siempre le salen bien sus hechizos.
Esta serie le gusta mucho a los más pequeños de la casa, posiblemente por su llamativo colorido y porque las historias son sencillas, divertidas y fáciles de entender por los niños. Como dice mi sobrina de cinco años: “Me gusta porque puedes averiguar si existen o no existen los duendes y también salen seres humanos”.
Ben y Holly son amigos y comparten aventuras en la serie. Y una de esas divertidas experiencias les lleva a visitar una colmena.
En este episodio, durante un picnic, descubrimos que el padre de Holly, el rey Cardo, es muy aficionado a los bocadillos de miel, pero que, sin embargo, detesta a las abejas. Afirma sin dudarlo que las abejas no hacen nada bueno y que la miel no la hacen las abejas sino que sale de un tarro.
Todos se quedan muy sorprendidos de la ignorancia del rey y le preguntan si no aprendió en el colegio a qué se dedican las abejas. Y él asegura que él fue a una escuela de reyes donde fundamentalmente se les enseñaba a saludar al pueblo con la mano.
El Sr. Duende les explica a todos cómo recogen las abejas el néctar y Holly le dice entusiasmada que le encantaría ver una colmena. El rey aprovecha la ocasión para pedirle al Sr. Duende que le traiga un tarro lleno de miel.
La colmena que visitan Ben y Holly tiene una puerta de entrada, pero sorprendentemente las abejas acceden al interior por un agujero en la parte superior (¿no se les inundará la colmena en caso de lluvia?).
Reconocemos fácilmente a la abeja reina porque es enorme y lleva una bonita corona en su real cabeza.
El duende apicultor le pide a la Nana Ciruela que haga magia para dormir a las abejas. Así podrá entrar fácilmente a conseguir un poco de miel. Pero la Nana se equivoca y deja al duende dormido como un tronco.
Una vez solventado el malentendido, el duende apicultor se disfraza de abeja para pasar desapercibido y poder llenar el tarro de miel para el rey. Un helicóptero de duendes lo introduce por el agujero superior, sosteniéndolo mediante un cable. Parece una escena de “Misión imposible”, pero en dibujos animados.
Mientras el duende está rellenando el tarro con la miel, las abejas se despiertan y acorralan al duende apicultor, el cual trata de huir a toda velocidad. Pero las abejas lo confunden con su reina y un enjambre lo persigue insistentemente por el cielo.
Decide entonces refugiarse en el castillo, pero las abejas enjambran alrededor. Finalmente, el duende apicultor no encuentra otra salida que arrojar el disfraz a la colmena para despistar a las abejas y poder finalmente escapar.
Un mensaje muy visual y sencillito para los peques. Le diremos a nuestros apicultores que prueben a catar la colmena disfrazados de abeja. Quizás pasen inadvertidos también y se libren de unos cuantos picotazos…
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