Cuando el hombre empezó a «preparar» colmenas a las abejas, primero se sirvió de troncos de árboles huecos y luego de cestos de paja o mimbre embadurnados de arcilla. Finalmente llegaron las colmenas de tablas de madera, con su sistema de cuadros con cera.
Cientos de apicultores han diseñado y seguirán haciéndolo sus propias colmenas, con todo tipo de geometrías y materiales. Nosotros nos limitaremos en este artículo a revisar cómo se han representado las colmenas en los cuadros de los artistas durante los últimos siglos.
Pero antes de ver estas colmenas, repasamos lo que nos decían dos de los grandes en el diseño y cultura de las abejas, el señor Langstroth y el señor Dadant, y así comprobar si las colmenas de las pinturas cumplen o no estas directrices:
– Una buena colmena ha de permitir al apicultor sacar todos los panales sin deteriorar una sola celda, sin derramar ni una gota de miel y sin excitar la cólera de las abejas.
– Ha de proteger suficientemente a la colonia contra los calores y fríos externos, y contra los perjudiciales efectos de la humedad.
– La colmena debe ahorrar a las abejas todo trayecto inútil.
– Ha de poderse ensanchar y reducir según la mayor o menor fuerza de las poblaciones.
– Ninguna parte de la colmena ha de estar más baja que la abertura que sirve de entrada a las abejas, pues si se olvida este principio, las abejas han de llevar sus muertos subiendo, con gran pérdida de tiempo y de esfuerzos.
-Ha de permitir la alimentación de las abejas, así en tiempo fresco como en tiempo cálido, cuando sea necesario.
– Ha de facilitar el reemplazo de las reinas en las colonias huérfanas, así como permitir al apicultor apoderarse de la reina si lo desea.
En resumen, para obtener éxito en apicultura es necesario » saber lo que ha de hacerse y hacerlo a tiempo».
– Colmenas en las pinturas del siglo XXI. Por su color y luminosidad, la obra de «Keeper of the bees», de la artista y además apicultura Laura Fordes, es la que hemos elegido para representar a este siglo.
– Colmenas en obras del siglo XX. Como obra representativa de este siglo hemos seleccionado una obra de estilo neo-romántico, «Two girls and a beehive», de Stanley Spencer (1891-1959). La obra «Dos chicas y una colmena», fue elaborada en el año 1910, óleo sobre lienzo y pertenece a la colección de Lord y Lady Irvine. Pintó esta obra en sus inicios, y en ella aparece una colmena de tablas de madera con un tejadillo a dos aguas.
– Colmenas en obras del siglo XIX.
The widow (La viuda), del británico Charles Napier Hemy (1841-1917). En su obra refleja unas colmenas hechas con cestos de paja o mimbre. Aunque se especializó en temas marinos, tampoco se olvidó de las casas de las abejas.
El alemán Curt Liebich (1868-1937) en su obra «Bei den Bienen» (En las abejas), refleja a una joven delante de las colmenas de mimbre. Aunque en el siglo XX ya empezaron a comercializarse las colmenas fabricadas con tablones de madera, parece que a estos artistas les parecía más interesante este otro tipo de colmena.
Iván Ivánovich Shishkin, ruso, (1832-1898), tituló como Apiario este cuadro pintado en 1882.
Ivan Nikolaevich Kramskoi (1837-1887), otro ruso, pintor y crítico de arte, con una obra más que conocida, El apicultor.
–Colmenas en obras del siglos XVII
Dos colmenas de mimbre aparecen «escondidas» en la zona izquierda centra, debajo de un tejadillo. El cuadro pertenece a Adriaen van Ostade, discípulo de Frans Hals. Fue pintado en 1673. Actualmente en la Galería Nacional de Arte de Washington.
Conocida como colmena de paja, la hemos encontrado en el libro del naturalista inglés Thomas Muffet titulado » Teatro de Insectos», publicado en Londres en 1634.
Más colmenas de paja o mimbre. El oso y la miel, de Wenzel Hollar. Durante muchos siglos la colmena ha sido mimbre y paja, situada cerca de las casas o en sus jardines. No se alejaban tanto como ahora.
– Colmenas en obras del siglo XVI. Pieter Brueghel (1525-1569), nacido en los Países Bajos, es uno de los grandes pintores y grabadores de este siglo. Como en muchas de sus otras obras, se inspiraría en lo que veía. En su obra, un grupo de apicultores, forrados por todas partes, trepan a árboles y mueven colmenas de mimbre. El traje del colmenero muy curioso…
– Colmenas en obras del siglo XV.
No hay manera, más colmenas de mimbre. Esta vez, un retrato del poeta romano Virgilio (70 a. C.-19 a.C) escribiendo «la vida de las abejas». Autor: Escuela francesa, año 1469. Actualmente en la biblioteca municipal de Dijon, Burgundy, Francia.
Ilustración del Tractatus de Herbis, entorno a 1440, pintado en Italia. Por fin unas colmenas realizadas en troncos huecos de madera.
– Colmenas en en siglo XIII. Hemos encontrado a esta obra atribuida a la Galicia del siglo XIII, donde una pareja de apicultores rezan a la Virgen María y al niño Jesús. Aquí si parecemos tener troncos huecos…
Otros artículos de mieladictos que te pueden interesar:
Deja una respuesta