Gustándonos la buena fotografía y teniendo pasión por la miel, no podíamos resistirnos a mencionar en los Mieladictos el trabajo del americano Blake Little, que ha llamado a su colección de cuerpos humanos y animales cubiertos con miel, Preservation (conservación, preservación o protección en español).
Un libro con el mismo título ha sido publicado por el fotógrafo, que vive en la ciudad de Los Ángeles y que es reconocido internacionalmente por su capacidad para captar la energía y personalidad de la gente en sus retratos, lo que le hace uno de los fotógrafos imprescindible para los famosos y las grandes publicaciones.
Para este trabajo Little ha utilizado como medio de difusión Internet.
Estas «efigies caramelizadas«, como le gusta llamar a sus obras, experimentan sensaciones diferentes, una vez recubiertos por la miel.
En los vídeos del cómo se hicieron las fotos, dos ayudantes con cubos repletos de miel líquida, ayudan a que estos «voluntarios» no tengan una experiencia traumática.
El tiempo para realizar las fotos es limitado, con cada modelo trabaja de 45 minutos a 2 horas.
El autor no dio ejemplo y no se dejó «acariciar por la miel». Pensaba que su foto no sería la mejor.
Parece que la idea le vino a Blake Little mientras fotografiaba un oso (otro animal muy asociado a la miel).
Invitó unos días después a un amigo y le pidió que cubriera su barba y su cara con miel.
Como no le denunció por la propuesta, y el resultado de la sesión fotográfica fue muy bueno, decidió continuar.
Así que buscando modelos y bailarines, diferentes razas y tipos de cuerpos, estuvo desde el 2012 hasta mediados del 2014, implicado en un trabajo que consistía en reflejar lo que expresaban estos seres vivos recubiertos con miel, lo que el fotógrafo llama «celebrar la forma humana».
Hubo semanas con 7 modelos por día, 5 días a la semana. A Blake le interesaba «recoger el momento».
Una cantidad ingente de miel fue utilizada a lo largo de estos años.
Sólo en una de las sesiones semanales gastó 450 kg de miel.
Nos tranquiliza que la miel fuera recogida tras cada sesión para su uso posterior.
Así se acallaron muchos críticas sobre el desperdicio de la miel y la falta de dignificación del trabajo de las abejas, que por la gran difusión de la campaña también existieron.
El fotógrafo nos dice algo que hace a estas fotos en miel diferente: los ojos están cerrados, con lo que la falta de transmisión a través de ellos se compensa con la forma de moverse del cuerpo, que es diferente dependiendo de la persona.
Esa es la razón de presentar esta selección en forma de retratos. Hay personas que trabajaron cubiertos de miel durante más de una hora, mientras que otras no veían la manera de acabar. Los rasgos físicos cambian bajo esta capa.
Durante los descansos les limpiaban la miel de los ojos.
Y como los ojos quedaban cerrados, ensayaba las poses con los modelos antes de poner la miel, para que supieran lo que les iba a pedir durante la sesión.
Dado que la miel hidrata la piel y el pelo, ¿qué mejor manera de recibir un tratamiento gratuito de belleza?
Los modelos comentaban sus dudas: ¿pesaría mucho la miel sobre el cuerpo? ¿Serían capaces de respirar? ¿ Se quitaría bien la miel después de la prueba? ¿ Quedaría el pelo pringoso por mucho tiempo?
Una ducha en el estudio del fotógrafo aclaró cualquier duda al respecto.
Hubo varias formas de trabajar, una era poniendo un poco de miel inicialmente sobre el cuerpo y la otra era, ayudado por dos personas con cubos de miel líquida, ir vertiendo miel sobre los modelos en forma continua, formando varias capas.
Una visita inesperada. Las abejas no quisieron perderse esta actividad humana tan curiosa, y atraídas por el fuerte olor a miel, penetraron en su estudio en busca de preciado alimento.
No le quedó otra al famoso fotógrafo que parar la sesión y ponerse a tapar cualquier agujero de acceso. Así aprendió una lección muy importante, pero que a veces se olvida: la miel atrae a las abejas.
No fueron los únicos animales en implicarse en las sesiones. Hay que ver cómo se lo pasaba uno de los tranquilos perros que hizo como modelo, cada vez que le untaban con miel, daba un lengüetazo al dulce elemento y tan contento.
A nosotros no nos hubiera importado hacer de modelos aficionados, especialmente si la miel es buena.
Queda aquí nuestro ofrecimiento para los fotógrafos locales.
Para saber más:
– http://www.slate.com/
– Vídeos de cómo trabajó el fotógrafo. Preservation de Blake Little.
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