El artista francés Olivier Darné, cansado de las formas convencionales de llamar la atención, un día decide analizar los paralelismos entre los binomios colmena-abeja y ciudad-persona.
Esta reflexión le lleva a colocar una colmena experimental en el tejado de su edificio en el suburbio parisino de Saint Denis. Y la miel que obtiene de dicha colmena, decide compartirla con sus vecinos, lo que provoca que su red social crezca.
El concepto de “Miel hormigón” nace cuando un chaval de su barrio, tras probar el dulce manjar, afirmó: “C’est béton”, que significa en francés coloquial “¡Qué guay!”, aunque literalmente quiere decir “¡Es hormigón!”.
Tras este éxito, en el año 2000, Darné se pone de acuerdo con el ayuntamiento de Saint Denis para colocar en su tejado también colmenas. Según afirman los promotores de esta iniciativa, en este colmenar se recogen en torno a 200 kg de miel anuales, los cuales se envasan como “Miel Béton” (“Miel hormigón” en francés) y se venden fundamentalmente a través de la oficina de turismo.
Nuevamente se recurre al viejo tópico de que es más sana la miel urbana que la rural, dado que en la ciudad no hay pesticidas (nadie parece reparar en la terrible contaminación ambiental existente).
Junto con otros amigos, también artistas plásticos, Darné decide fundar un colectivo llamado Partido Poético, cuyo objetivo es doble: por una parte, “polinizar la ciudad” (metáfora de “mejorar las relaciones humanas”) mediante actividades artísticas y divulgativas; y, por otra, fomentar la investigación del comportamiento de las abejas en entornos urbanos junto a científicos del CNRS (Centro Nacional de Investigación Científica) y del INRA (Instituto científico de investigación agronómica).
Este Partido Poético es el fundador también del “Banco de Miel”, una iniciativa solidaria para ayudar a los apicultores con problemas, cuya divisa es “Time is honey” (“El tiempo es miel”, un juego de palabras con el inglés “Time is money” = “El tiempo es oro”). Este banco sólo presta dinero a colmenares.
Mediante sus actividades, el banco de miel denuncia las dos crisis actuales: la ecológica (con la degradación de los ecosistemas, la disminución de las poblaciones de abejas) y la económico-social.
Gracias a las aportaciones de los socios en sus cuentas de ahorro “Abejas”, se van creando nuevos colmenares urbanos en varias ciudades francesas y en 2013 inauguraron su primer “banco de reinas” permanente en Saint Denis, ciudad de reyes y reinas.
Entre otros proyectos, nos ha llamado la atención la instalación de “Polinizadores urbanos” (“Butineurs urbains”), unas colmenas que se colocaron en 2004 en las aceras de varias zonas de París.
La miel Béton proviene de todo tipo de flores de jardines, balcones o márgenes de ríos. Prueba de esta diversidad urbana son los más de 300 tipos de polen diferentes encontrados en su análisis polínico.
También la alta cocina francesa se ha hecho eco de esta peculiar miel, no sabemos si por su bouquet o por el marketing asociado.
La prestigiosa empresa de derivados del pato y oca Rougie presentó en 2013 un nuevo producto elaborado a partir de foie gras, manzanas y miel Béton.
La receta de esta atractiva propuesta es obra del afamado chef francés Yannick Alléno (3 estrellas Michelín). ¿Alguien se anima a probarla?
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