Por centrar a los lectores que no han oído hablar de la miel de metcalfa (como nosotros hasta hace unas pocas semanas), podemos decirles que la metcalfa no es una flor que pueda ser encontrada en alguna región o comarca de cualquier continente.
Más bien deberían buscar a la metcalfa (Metcalfa pruinosa), en un libro especializado en insectos.
Metcalfa y su miel
Lo que hace diferente a esta miel de metcalfa, es que proviene de «lo que le sobra» a este insecto, y que la abeja recolecta y transforma en miel.
Es una de las llamadas mieles de mielada, que son aquellas que proceden en su mayor parte de excreciones de insectos chupadores de plantas (hemípteros) presentes en las partes vivas de las plantas o de secreciones de las partes vivas de las plantas.
Esta miel es un buen ejemplo de lo rápido que cambia este mundo, lo que ahora se llama globalización.
La metcalfa, originaria de América del Norte, llegó al Mediterráneo, como otras especies no nativas, a través de los contenedores de comercio internacional que llegan a los puertos, en este caso a Italia, y desde allí, la metcalfa lo tuvo fácil para propagarse por todo esta zona donde las temperaturas le son favorables y son escasos sus enemigos naturales.
Esta cigarrilla está extendida, además de por América del norte y Corea del Sur, por Austria, Suiza, sur de Francia, Eslovenia, Croacia y la cuenca mediterránea española.
Tras chupar la savia de una gran variedad de vegetales,la metcalfa expulsa el exceso de azúcar en forma de rocío, que atrae a las abejas y lo recogen para llevárselo a la colmena y convertirlo en miel.
La «cosecha» se recoge por los apicultores desde julio a septiembre, y no en pequeñas cantidades, especialmente en los días posteriores a la lluvia.
Características de la miel de metcalfa. Color ámbar oscuro, casi negro. Olor balsámico sostenido, afrutado. Su sabor potente, poco azucarado pero sin amargor, permanece mucho tiempo en boca. Se solidifica muy lentamente. Su miel, como la del resto de mielatos, es rica en oligoelementos y sales minerales. Menos dulce que las mieles de origen floral.
En este artículo de Mieladictos
¿Estamos mentalizados a consumir este tipo de miel cuyo néctar, recogido por las abejas, proviene de un insecto?
Observando la etiqueta de estos tarros, algunos apicultores sí se atreven a anunciar su procedencia, aunque bajo el título de «Miel de Mielada» parece tener una mejor aceptación entre el gran público.
Sobre este insecto, Metcalfa pruinosa.
Originario de América del Norte, se ha extendido por Europa y Asia.
Los ejemplares adultos de este insecto tienen sus piezas bucales preparadas para perforar y succiona la savia de las plantas que parasita.
Debido a esta forma de alimentarse, puede causar daños a los cultivos de campo y plantas ornamentales. Se alimenta de una gran variedad de plantas, como arces, cerezos, espino blanco, olmos, algarrobos, cítricos, zarzamoras y un largo etcétera.
Se defiende bien de los insecticidas al protegerse con la deposición de cera y melazas. Prefiere comarcas costeras, con climas suaves.
Los ejemplares adultos de este insecto aparecen desde mediados de Julio hasta Septiembre.
Para su control tiene un depredador y parásito,el Neodrynus typhlocibae, una pequeña avispa, que no es agresiva para los humanos.
Debido a la gran cantidad de mielato que excretan, facilitan la colonización por hongos de las plantas, que podría perjudicar a la especie vegetal parasitada
Y como nos cuentan… ¡Cuidado con dejar el coche debajo de un árbol parasitado por la cigarrilla ! Se pone muy pegajoso.
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