Todos identificamos a Lacoste con un cocodrilo, a Ralph Lauren con un jugador de polo, a Ferrari con un caballo. Pero, ¿cuántos identifican a Dior con una abeja?
El modisto francés Christian Dior (1905-1957) tuvo su golpe de suerte particular cuando en 1946, Marcel Boussac, el llamado “rey del algodón”, un empresario clave de la postguerra, le propone asumir la dirección artística de su casa de modas y crear así su propio universo en un exclusivo palacete de la avenida Montaigne de París.
A pesar de las dudas, Dior decide aceptar y los resultados no se hacen esperar. En 1947 la moda parisina se revoluciona con su nuevo concepto de mujer: cintura ajustada, pecho alto y redondeado, hombros estrechos y faldas cortas (a 30 cm del suelo). Marlène Dietrich, Rita Hayworth y la duquesa de Windsor, entre otras celebridades, sucumbieron al encanto de este “nuevo look”. Los consumidores de artículos de lujo tenían un nuevo referente al que admirar e imitar.
Tras el temprano fallecimiento de Dior, un joven Yves Saint-Laurent toma el relevo de la empresa y sus colecciones resultan ser también todo un triunfo. Dior se convierte en un icono de la alta costura internacional.
Pero, ¿de dónde procede el símbolo de la abeja que acompaña a los diseños para caballeros de esta marca francesa?
No se sabe a ciencia cierta. Algunos afirman que este logo recrea las abejas doradas bordadas en las capas de los reyes franceses.
Otros aseguran que cuando Christian Dior se lanzó a la producción industrial quiso buscar un refuerzo publicitario. Para ello se puso en contacto con Sherman Oats, un famoso magnate de la publicidad de aquel entonces. Éste le buscó un catálogo de símbolos visuales, que luego se fueron convirtiendo en logos. A Dior le gustaba especialmente el logo de la abeja, por sus referencias al mundo obrero y a la nobleza a la vez, simbolizando la jerarquía de castas. Además, al parecer, la abeja era utilizada por los tejedores de seda en su escudo de armas.
Con el paso del tiempo y tras algunas diferencias entre ambos, Dior y Oats acordaron dejar de trabajar juntos. Pero Oats decidió cederle los derechos a Dior del logo de la abeja. Y hoy en día podemos seguir viéndolo en todo tipo de prendas y complementos de la marca Dior.
Esta historia parece más elaborada, pero tampoco hemos podido contrastar su veracidad. Este logo sigue, por tanto, siendo un misterio.
Ahora bien, no es ésta la única relación de este emporio de la moda con las abejas. Dior utiliza abejas también en su colección de alta joyería, con las obras de la famosa y excéntrica aristócrata francesa y diseñadora de joyas, Victoire de Castellane. Victoire inició su carrera con el célebre diseñador Karl Lagerfeld en Chanel, pero desde 1998 es la directora creativa de las joyas de Dior. Su estilo es un tanto rococó y se puede decir que sus recargadas sortijas no pasan desapercibidas, pero causan furor entre sus fans y desde luego no dejan a nadie indiferente.
Hemos encontrado varias joyas de Dior donde las abejas están presentes de las colecciones “Rose Dior Pré Catelan” y “Diorette”.
Dicen que la rosa era la flor fetiche de Dior porque su madre la cultivaba con celo en el jardín de su casa en Normandía y sirvió de inspiración para su primera gran colección de moda en 1947. Victoria de Castellane utiliza también esta flor en su imaginario particular para iluminar unas cuantas de sus joyas. Pero además les añade abejas de piedras preciosas o de diamantes, posadas como gotas de rocío, confiriéndole realismo y carácter a las joyas.
Por supuesto si alguna de estas creaciones os gustan, tened cuidado, que vuestros ahorros pueden verse muy mermados. Necesitaréis unos cuantos miles de euros para adquirirlas. Pero pensad que no se trata de simples baratijas, sino de auténticas obras de arte.
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