Hoy más que nunca preocupan los problemas sanitarios de las abejas, agrupados en el término «síndrome de desaparición de las abejas». Por lo anterior nos ha parecido muy interesante preguntarle a Encarna por una profesión que conoce, la investigación sobre las abejas.
-¿Cómo comienza tu relación con las abejas?
Mi relación con la apicultura comienza a finales de 2005 cuando me incorporo al Centro Apícola de Marchamalo, gracias a la concesión de una beca de cuatro años para realizar la tesis doctoral. Fue entonces cuando descubrí este mundo, estos insectos tan sabios y sobre todo una manera de trabajar.
– A raíz del doctorado y tus posteriores estancias en centros internacionales de investigación, ¿cuántas horas has pasado en la colmena?
Contabilizar las horas que he pasado en el colmenar a lo largo de estos años es bastante difícil. Mi tiempo como investigadora por más de 5 años se dividía entre el colmenar, el laboratorio y el despacho, y le puedo decir que como en muchos otros trabajos, en la investigación no sólo se hacen 8 horas diarias.
– ¿Cuáles son los campos o líneas de investigación donde más se trabaja en abejas?
Hay varias líneas abiertas: biología y origen de la abeja, nutrición, agentes patógenos que la afectan, pero sin duda, a raíz de los últimos problemas de despoblamiento de las colmenas quizá se trabaje más en los problemas sanitarios y/o posibles factores que intervengan en este síndrome y que desde luego condicionan la financiación de los proyectos de investigación.
– ¿Qué países y centros de investigación destacan a nivel mundial?
España es uno de los países punteros en investigación en apicultura probablemente porque para nosotros este sector tiene un valor económico más importante que para otros. Sin embargo, hay centros relevantes en Francia (INRA y ANSES), Suiza (Universidad de Berna y Centro Suizo para la Investigación Apícola), Alemania (Universidad Martin Luther Halle Wittenberg y el Centro Alemán para la Investigación de la Biodiversidad de Halle-Jena-Leipzig), Estados Unidos (USDA) y pequeños grupos de investigación, que aunque menos conocidos, realizan una trabajo imprescindible para el conocimiento de estos insectos.
– ¿Quién debiera ser el más interesado en «invertir en abejas»?
Aunque parezca una obviedad, deberíamos serlo todos, tanto los que nos dedicamos a la apicultura y vivimos de ella, como los que no, porque de forma indirecta todos somos beneficiarios de la labor polinizadora que estos insectos desempeñan, y que muchas veces pasa desapercibida, centrando nuestra atención casi exclusivamente en los productos que de la colmena obtenemos. Hay que destacar que BIOPYC ha decidido precisamente invertir en este sector, que muchas veces se ha visto desatendido, y lo ha hecho no solo poniendo productos y servicios a disposición del apicultor, si no también profesional, dispuesto a escuchar y a trabajar para las abejas. Nuestro objetivo principal es detectar las necesidades que los apicultores tengan, buscar soluciones a sus problemas y facilitar de esta manera su trabajo.
– ¿Qué es lo que más te ha sorprendido de estos insectos durante estos años?
Sin duda su manera de trabajar, su admirable organización y su coordinación, un entendimiento sin palabras, basada en señales que a los humanos nos parece imposible de imitar… Cuánto podríamos aprender de ellas si nos detuviésemos un momento.
– ¿Algún consejo para el que quiera dedicarse a investigar con este insecto tan especial?
En general el consejo es para todo aquel que se quiera dedicar a investigar: paciencia. La investigación, como diría mi director de tesis Dr. Mariano Higes, es una carrera de fondo y a veces los resultados se hacen esperar, sobre todo cuando trabajas con organismos vivos y tienes que respetar sus ciclos para llegar a entenderlos.
– ¿Se interesa alguien por las otras abejas distintas a la de la miel?
Sí, por supuesto, pero quizá tengan menos divulgación. Para mí las más conocidas son las meliponas (abejas sin aguijón) porque he tenido la suerte de poder aprender «un poquito» con un investigador especialista en este tema, Dr. William May. Y ahora estoy aprendiendo mucho con mi amiga la Dra. Cristina Botías, no de abejas pero sí de otros insectos relacionados y muy interesantes, los abejorros (género Bombus).
– ¿Cómo ves el futuro de la abeja de la miel?
Desde luego veo futuro, como he comentado, trabajo para ello cada día en Biopyc Soluciones apícolas.
Tengo la fortuna de estar en contacto con muchas asociaciones apícolas, apicultores, veterinarios y eso me permite detectar los problemas que pueden darse en una región española en un momento determinado y que probablemente aparezcan en otra más tarde.
La gestión de los residuos generados principalmente por los tratamientos utilizados frente a Varroa destructor, la realización de analíticas en miel para ver su calidad, un programa básico de limpieza y desinfección del material apícola e incluso un bebedero de campo portátil que cubra las necesidades fisiológicas de la abeja, son algunos de los aspectos más demandados y a los que BIOPYC ya ha dado solución.
Para mí el futuro de la abeja melífera pasa por trabajar juntos, sólo de esa manera podremos poner a esta ganadería en el lugar que le corresponde.
Para contactar con Encarna Garrido os dejamos su correo electrónico de contacto: encarna.solucionesapicolas
A nosotros sólo nos falta despedirnos y agradecer a Encarna el tiempo que nos ha dedicado y por lo que nos ha contado.
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