No se nos había ocurrido hasta dónde podía llegar la apicultura urbana como fenómeno social. Ya conocíamos otras campañas promocionando el whisky con miel, pero ésta ha ido más lejos todavía.
La propietaria de esta marca ha elegido España como país para lanzar este nuevo producto, acompañando el lanzamiento con mensajes como «bebida espirituosa que refleja una tendencia internacional como es la apicultura urbana«, «apoyando la tendencia y futura regulación de la apicultura urbana en España», «la colmena urbana no genera ningún impacto ambiental negativo y ayuda a mantener la biodiversidad» o » para hacer de la ciudad un lugar mejor, invitando a los ciudadanos con espíritu emprendedor a comprometerse con esta tendencia internacional».
No se trata de juzgar esta idea tan original, preferimos analizar esta propuesta desde el punto de vista de a quién va dirigida y el por qué se ha optado por su asociación con la apicultura urbana.
Una buena campaña de publicidad implica mucho trabajo, y suelen realizarse siguiendo estos pasos:
1.- Determinar el público objetivo para nuestro producto, dedicando el tiempo necesario para llegar a conocer a nuestro «cliente» con la mayor precisión posible (sexo, grupo de edad, estilo de vida, ingresos y dónde habita y en qué ambientes se mueve).
Nuevos consumidores, urbanitas, a los que se quiere llegar, resaltando la importancia de la apicultura urbana. Se asocia un nuevo producto, como el whisky con miel, a un término como «colmenas urbanas«, esperando crear en el consumidor un efecto positivo.
2.- Averigua en qué emplea su tiempo. especialmente el dedicado al ocio y la vida personal. Con esta información sabrás cómo hacerle llegar tu producto o publicidad.
Al parecer hoy en día, o estás en el huerto urbano o practicando la apicultura urbana. También puede ser que sólo te interesen estos temas.
3.- Crea un mensaje que llegue a tu audiencia. Piensa a través de qué canal comunicarás el mensaje a tu posible cliente hablando su mismo «lenguaje», para que quede muy claro qué le estás ofreciendo.
Un aspecto a destacar en la búsqueda del mensaje se encuentra en la etiqueta. Sobre un fondo de celdillas hexagonales de un panal (diferenciándose así notoriamente de la etiqueta del whisky tradicional), aparece una abeja «tatuada», símbolo de lo urbano y algo que también está de moda como los tattoos, junto con una silueta de los grandes edificios de la ciudad y una colmena urbana.
4.- Lanza la campaña en el momento adecuado, cuando sepas que hay una necesidad para su uso o consumo.
La disminución del consumo de whisky en España puede haber motivado esta búsqueda de un nuevo público, así como la tendencia existente en el mercado a incluir un toque de miel en las bebidas alcohólicas, cuyas ventas no paran de crecer en los últimos años.
5.- Empieza poco a poco haciendo pruebas para ver si te funciona. Pruebas preliminares y reducidas a una pequeña extensión geográfica pueden aportar buena información sobre si vamos bien encaminados o no.
El lanzamiento inicial se ha producido en España, uno de los mayores mercados de consumo para el whisky escocés, y dónde la empresa propietaria de esta marca es líder. Se irá comprobando si la campaña funciona, y su asociación con los huertos urbanos, los alimentos ecológicos y la apicultura urbana logra penetrar en los posibles compradores.
– Una tendencia que parece imparable, el whisky con miel.
Jack Daniels Tennessee honey. En el año 2012 sale al mercado una bebida destinada a jóvenes adultos y a las mujeres. Intentaron posicionar su whisky con miel para que fuera atractivo, tanto para hombres como mujeres. Así lo indicaban sus estudios previos, al igual que destacaban que su consumo estaba reservado para ocasiones especiales.
Jim Beam honey. Se lanzó como un homenaje a la abeja de la miel, y como «una colmena» diseñada para atraer a enjambres de consumidores. Nos quedamos con su vídeo de promoción, todo un clásico del buen hacer.
El consumo de whisky en España es de 0,8 litros por persona y año. Suponiendo que sólo se ha tomado a la población adulta para este cálculo, nos sorprende que la media de consumo de miel sea tan sólo de 400 gramos por persona y año.
¿Ayudarán estos nuevos productos espirituosos y sus campañas de publicidad a aumentar la ingesta de miel?
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