Imaginaos un país donde sus habitantes utilizan la miel para curar «hasta 40 enfermedades «, y que valora tanto este producto de las abejas que no duda en ir a donde vive el apicultor, para que un par de días después de extraída la miel de la colmena, llevarse unos cuántos kilogramos para su familia, asegurándose que no se ha calentado y por ello no ha perdido ninguna de sus propiedades.
Pues bien, este país existe, y se llama Jordania.
La miel del supermercado no genera esa confianza, sea cual sea su origen y lo que ponga en el etiquetado, y aún teniendo un precio mucho más económico que los 20 euros el kilo que se paga directamente al apicultor, puede pasarse bastante tiempo en el lineal del supermercado. A destacar la fuerte presencia de la miel envasada en Alemania.
–Zonas donde se produce miel en Jordania. En este país de 96 088 km cuadrados, con una zona desértica que alcanza al 88% del territorio, toda actividad agraria debe estar muy optimizada. Las lluvias sólo aparecen de noviembre a marzo, y las 40 000 colmenas que se estima que hay, se concentran en el Valle del Jordán, donde se produce casi toda la fruta y verdura del país, capaz de alimentar al doble de la población de Jordania.
Para producir la miel, cuentan con la abeja de la raza siria, la Apis mellifera syriaca, que suponemos consciente de las dificultades de obtener flujos constantes de néctar y polen en este país, más motivado por la falta de lluvias que por las temperaturas.
A comienzos de la primavera la abeja local aprovechará las flores de limones y naranjos de la zona, y antes de acabar esta estación, toda pequeña flor del entorno, incluidas las flores de acacia, bastante abundantes. Las cosechas de miel por colmena suelen ser bajas, inferiores a los 10 kilogramos por colmena. Como enemigo de las abejas están el avispón oriental (Vespa orientalis) y la avispa Philanthus.
Según leemos, todavía quedan apicultores que albergan a sus abejas en el interior de tubos cilíndricos de arcilla situados en horizontal, practicando un par de agujeros en la zona frontal, para la salida y entrada de las abejas, y colocando una tapa en la parte posterior, para extraer su cosecha de cera y miel, dejando siempre reservas para la época seca.
Otros productos de la colmena conocidos por la población son el polen de abeja y la jalea real, ésta última muy presente en preparados a la venta en farmacias.
– Otras notas apícolas sobre Jordania. La capital Amman es una de las ciudades más densamente pobladas del mundo. Por eso, no es una sorpresa identificar la ciudad con una colmena, fácilmente divisable desde sus colinas. Una costumbre jordana es la amabilidad y otra que les gusta charlar, contar historias sobre su país, su pasado, sus costumbres. Y ahí entran las abejas y especialmente la miel, pregunta si tienes la oportunidad, enseguida te contarán sus propiedades «saludables».
Para saber más:
-Beekeeping in Jordan, por Willard S. Robinson.
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