Si no se cuida la miel de manuka, puede convertirse para los maories en otro «tesoro» que puede extinguirse.
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Los maoríes y el ave moa
Cuando los maoríes llegaron a Nueva Zelanda, se encontraron con unas gigantes aves corredoras que llamaron «moas», término polinesio usado para designar a las gallinas.
Aprovechando que carecían de alas para salir «volando», la captura resultaba sencilla: bastaba un golpe en la cabeza y tener un poco de cuidado de que no te sacudieran una patada.
Esta facilidad para su caza y la lenta reproducción de esta ave, provocó su exterminio por los maoríes en menos de 200 años, periodo que comprende desde la llegada de este pueblo polinesio en 1350 hasta mediados del siglo XV, cuando se considera desaparecieron los moas, según los restos encontrados por todo el país.
Ninguna tradición oral o leyenda maorí incluye a estas aves, quizás por su rápida extinción, pero de esta experiencia, los maories aprendieron algo muy importante y que incluyeron en su cultura: no recurrir a una explotación abusiva de los tesoros naturales.
Los maories y los terrenos donde crece el arbusto de la manuka
A día de hoy sabemos que la mayor parte de la comunidad maorí de Nueva Zelanda (600 000 personas) vive en la costa este del país, y representan el 15% de la población de Nueva Zelanda.
Los tratados firmados a mediados del siglo XIX con los británicos, reconocieron a las tribus maories la propiedad de la tierra, a cambio de aceptar la soberanía británica.
De todo ello sólo han conservado una pequeña parte del suelo, la mayor superficie en los hasta hace años olvidados bosques de manuka.
Breve historia de la miel de manuka
Cuando en los años 80 del siglo XX, investigadores de una universidad neozelandesa, confirmaron las propiedades antibacterianas presentes en la miel de manuka, mayores que en el resto de mieles, una nueva forma sostenible de ganarse la vida en esta zona vida surgió: la apicultura.
Los millones anuales de euros que se obtienen por la exportación de esta miel han permitido a esta comunidad poder emplear a parte de su población en la apicultura.
Hasta entonces, las granjas locales que vivían del ganado, pesca o actividades forestales obtenían una baja rentabilidad económica.
Tienen claro que sólo una adecuada gestión de sus recursos pueden hacer que la riqueza continúe durante mucho tiempo.
El árbol del te, manuka o Leptospermum scoparium
Se trata de un pequeño árbol o arbusto, de rápido crecimiento, que suele alcanzar de media los 3 o 4 metros de altura, y que coloniza las zonas costeras y tierras bajas de Nueva Zelanda, prefiriendo suelos húmedos aunque soporta temporadas de sequía. Tolera el viento, pero no la sombra.
Eran considerados unos arbustos indeseables por los primeros europeos, que preferían eliminarlos, limpiar los campos y dedicarlos a pastos.
Durante muchos años han sido víctimas de las llamas, pero ahora los apicultores se encargan de que no esto no ocurra, ahora incluso los arbustos de manuka son buenos aliados para reforestar terrenos y pendientes erosionadas.
Mediante la creación de sombra y refugio contra el viento, proporcionan un excelente refugio para el desarrollo de otras plantas nativas, de crecimiento más lento, y que cuando crezcan, asfixiarán con su sombra a la manuka.
Otra característica positiva es que las hojas de este árbol no gustan a las vacas, cabras y ovejas, otra buena razón para ser incluidos en trabajos de reforestación.
Los primeros europeos que llegaron utilizaron sus hojas para hacer un sustitutivo del té, de ahí su nombre común.
El serrín de la madera, se utiliza para ahumar el pescado y las carnes.
También la madera y la corteza son utilizadas para hacer utensilios o como aislantes impermeables para tejados.
No sólo es fuente de polen para abejas, también para el resto de polinizadores.
Propiedades de la miel de manuka
Las propiedades antibacterianas de la miel se deben a un compuesto del néctar de la flor de manuka, el metilglioxal, que no está presentes en otros árboles semejantes, como el de Kanuka (Kunzea ericioides), con el que a veces se le confunde.
La floración del arbusto de Manuka suele durar 4 semanas, un poco antes que el de Kanuka, y que debido a la geografía de este país, pueden extenderse desde los meses de Noviembre a Enero, que es cuando las abejas deben estar bien preparadas para trabajar.
Este es el árbol al que deben cuidar los maoríes. Esperemos que sea por mucho tiempo.
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