Más de una vez lo hemos visto merodear alrededor de las colmenas, ingiriendo alguna abeja que no podía volar o que estaba fatigada por el esfuerzo.
No es de extrañar, ya que el lagarto ocelado se alimenta principalmente de insectos, y como no, la abeja entra en su dieta.
Lagarto y su relación con las abejas
Este saurio es una especie propia del suroeste de Europa, asociada a los ecosistemas mediterráneos. Su distribución incluye, además de la mayor parte de la Península Ibérica, el sur de Francia y el noroeste italiano.
Si incluimos su larga cola, el macho alcanza una longitud máxima de 75 centímetros frente a los 60 centímetros de la hembra. Su cuerpo es verde-amarillento, adornado por grandes ocelos azules (manchas redondas en su piel). Puede vivir algo mas de 10 años.
Entre sus enemigos naturales, además del hombre, se cuentan la culebra bastarda, la cigüeña o el águila culebrera.
Además de su relación con las abejas nos llama poderosamente la atención su cortejo a la hembra (hasta se ha descrito que en su fogosidad llegan a arrancar la cola de la hembra de un mordisco en su afán de copular, manteniéndola inmóvil merced a un mordisco en la base de la cola, en las extremidades posteriores o a menudo en el vientre) y la lucha entre machos, la cuál puede tener lugar en nuestra presencia, ellos están a lo suyo.
Si se siente acorralado se pondrá con el cuerpo protegido en un extremo y con la cabeza vuelta, enseñará mandíbulas a cualquier oponente que quiera capturarlo, así que ojo a los apicultores con sus observaciones.
Incluso hemos comprobado la función propolizadora de las abejas cuando uno de estos lagartos ha penetrado en la colmena.
Las abejas utilizan el veneno de su aguijón para eliminarlo, pero si muere en el interior de la colmena les provoca un grave problema.
El lagarto empezaría a descomponerse dentro de la colmena siendo un peligroso foco de infección. Solución, el cuerpo del lagarto se recubre con propóleos, la mejor forma de mantener limpio el recinto de la colmena.
En la esquina superior izquierda de la foto, ahí está el lagarto bien propolizado.
Un nuevo inquilino del colmenar, a añadir a nuestra lista.
Cuando un lagarto aparece en la colmena. Lagarto propolizado dentro de colmena
Qué bonito bicho de zonas cálidas. A mi me encanta verlo tan azul corriendo por los caminos, entre las peñas.
Saludos
Gracias por tu comentario, Fina. Afortunadamente todavía podemos verlos, no sólo en colmenares, también les gustan los troncos de árboles, las paredes de piedra separando las fincas…