No nos confundamos. El título de este extenso libro, publicado en 1714 con el título «La fábula de las abejas» o «The Fable of the Bees» , no es un texto breve como los de Samaniego, Iriarte o Esopo, y nos consta que a diferencia de estas otras fábulas clásicas, ésta ha tenido una gran influencia en las teorías económicas posteriores.
Sobre la fábula de las abejas de Mandeville
En 1705 aparece en Londres un poema anónimo titulado «la colmena descontenta o los bribones que se vuelven honestos», que resultó ser autoría de un tal Mandeville.
Luego hubo varias ediciones, se tradujo a varios idiomas, y llegó una virulenta polémica por su contenido.
¿Y cuál fue el motivo?
Se describe a la nación de Inglaterra mediante la imagen de una colmena, pequeña ciudad económicamente próspera que vive bajo un régimen monárquico.
El autor señala que si observamos con atención, la avidez y la vanidad son los principales motores de esta prosperidad.
Cada abeja busca exclusivamente su provecho y no se preocupa nada más que de su propio interés, sin consideración hacia los demás.
Y a pesar de ello, los vicios individuales, la nación gozaba de una feliz prosperidad.
La tesis de Mandeville no hacía realmente un elogio del vicio, sino que señalaba la vanidad y, sobre todo, se avisaba del peligro de pretender eliminarlo en humanos.
Tuvo el libro de Bernard Mandeville (Rotterdam 1670- Hackney 1733) un subtítulo que dejaba más claro parte del contenido, «Los vicios privados hacen la prosperidad pública».
Algunos de los pensamientos expresados en su libro:
– El vicio es el fundamento de la prosperidad y la felicidad nacionales.
– No hay acción virtuosa si está inspirada en el egoísmo.
– La irracionalidad de la mente humana.
– Firme defensor del libre comercio.
– Lo que hace del hombre un animal sociable no es su deseo de compañía, son sus características más viles.
Y ahora os dejamos con nuestra versión abreviada del «panal rumoroso o la redención de los bribones» de Bernard Mandeville.
Un gran panal. atiborrado de abejas
que vivían con lujo y comodidad,
mas que gozaba fama por sus leyes
y numerosos enjambres precoces,
estaba considerado el gran vivero de las ciencias y la industria.
No hubo abejas mejor gobernadas,
ni más veleidad ni menos contento:
no eran esclavas de la tiranía
ni las regía loca democracia
sino reyes, que no se equivocaban,
pues su poder estaba circunscrito por las leyes.
Estos insectos vivían como hombres,
y todos nuestros actos realizaban en pequeño…
Moraleja:
Dejad, pues, de quejaros: sólo los tontos se esfuerzan por hacer de un gran panal un panal honrado.
Fraude, lujo y orgullo deben vivir mientras disfrutemos de sus beneficios.
La virtud sola no puede hacer que vivan las Naciones esplendorosamente; las que revivir quisieran la Edad de Oro, han deliberarse de la honradez como de las bellotas.
No puedo obtener el libro. Es una pena que no lo vuelvan a editar sin cambiar ni una coma.
De lo mejor que he leído y releo cuando puedo sacarlo de la Biblioteca pública.
Nos alegra que te gustara. Saludos