Nos preguntamos si Miguel de Cervantes (Alcalá de Henares 1547, Madrid 1616), en su obra «El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha», hizo alusiones a la miel y a las abejas.
La respuesta es que sí, demostrando en su obra un buen conocimiento de las colmenas y sus refranes , que pudo haber adquirido escuchando a los arrieros manchegos, o durante sus viajes por la Mancha.
Don Quijote y su relación con las abejas y miel
En este artículo de Mieladictos
Miel y abejas en el Quijote
Dedicatoria del Quijote al Duque de Béjar
La primera parte de su obra se la dedica al Duque de Béjar, ciudad en cuyo escudo figuran cinco abejas. Un buen comienzo.
Según nos cuenta Nieves Concostrina en su libro «Menudas Quijostorias», los escritores de aquella época, dedicaban sus escritos a algún noble, para que agradeciera al autor con dinero el haberle brindado ese libro.
Aunque Cervantes no conocía al Duque, éste aceptó la dedicatoria, pero al parecer no le compensó con dinero.
Miel y abejas en la primera parte del Quijote
Hemos seguido para la primera parte del Quijote la versión impresa de 1605 y para la segunda parte la de 1615, ambas de Juan de la Cuesta y encontramos lo siguiente:
«En las quiebras de las peñas y en lo hueco de los árboles formaban su república las solícitas y discretas abejas, ofreciendo a cualquier mano, sin interés alguno, la fértil cosecha de su dulcísimo trabajo».
«La razón y cuenta de lo que se sembraba y cogía pasaba por mi mano; los molinos de aceite, los lagares de vino, el número de ganado mayor y menor, el de las colmenas». (La bella Dorotea,citando las riquezas de sus padres).
«Digo que todo esto es cosa de mieles». (Maritornes, en la venta donde se alojaba Don Quijote, utiliza esta expresión «ser de mieles algo», para expresar que es algo muy gustoso, suave, dulce y deleitable).
«No es la miel para la boca del asno, respondió Sancho; a su tiempo lo verás, mujer, y aún te admirarás de oírte llamar señoría de todos los vasallos». (De Sancho a su mujer Teresa).
También utiliza Don Quijote esta expresión, reprendiendo a Sancho por interesarse sólo por su sueldo. » En fin, como tú has dicho otras veces, no es la miel…, etcétera. Ásno eres y asno has de ser, y en asno has de parar cuando se te acabe el curso de tu vida».
Miel y abejas en la segunda parte del Quijote
En la aprobación de la segunda parte del Quijote, el Licenciado Marquéz Torres, además de hablar elogiosamente de la obra, comenta que «ha habido muchos, que por no saber templar ni mezclar a propósito lo útil con lo dulce, han dado con todo su molesto trabajo en tierra«.
Los molinos de viento en el Quijote
«Los quesos, puestos como ladrillos en rejales, formaban una muralla, y dos calderas de aceite mayores que las de un tinte servían de freír cosas de masa que con dos valientes palas las sacaban fritas y las zabullían en otra caldera de preparada miel que allí junto estaba.» Párrafo que describe los preparativos del banquete de las bodas de Camacho el rico.
«No, sino haceos miel, y paparos han moscas; tanto vales cuanto tienes, decía una mi agüela; y del hombre arraigado no te verás vengado». Sancho Panza, citando sus cientos de refranes ante don Quijote.
«Mirad, caterva enamorada, que para sola Dulcinea soy de masa y de alfenique, y para todas las demás soy de pedernal; para ella soy miel, y para vosotras, acíbar». Don Quijote, a unas doncellas que decían estar enamoradas de él. El acíbar es una amargura, un sinsabor, un disgusto.
«No, sino haceos miel, y comeros han moscas».
» ...porque quiero que sepaís, amigos, que la gente baldía y perezosa es en la república lo mesmo que los zánganos en las colmenas, que se comen la miel que las trabajadoras abejas hacen».
Estas dos menciones realiza Sancho, durante su mandato como gobernador de la ínsula.
«…que aconsejar a este buen hombre, es dar coces contra el aguijón«. Dicho por un castellano, refiriéndose a la locura de Don Quijote.
«Esto me parece argado sobre argado, y no miel sobre hojuelas «. Lo dice Sancho Panza, quejándose a Don Quijote, por insistir en darle unos azotes para que Dulcinea sea liberada de su encantamiento. Argado se traduce como jugarreta.
«A la sombra del árbol estaba, como se ha dicho, y allí, como moscas a la miel, acudían y picaban pensamientos«.
Una vez más hemos aprovechado esta lectura del Quijote para disfrutar, pues como dice Sancho Panza, «más vale pájaro en mano que buitre volando».
Muchísimas gracias. La imagen nos ha encantado. De nuevo, gracias por compartir y hacernos llegar tu comentario.