Zipi y Zape aparecen en 1948 en las páginas de la revista Pulgarcito como una creación de José Escobar.
Son una pareja de niños de edad similar, muy parecidos físicamente y dedicados a sembrar el caos en la normalidad del mundo de los adultos.
Bajo la coartada de su propia edad, aportan una dosis de locura a la que tan dado es el tebeo.
Esta es la historia que hemos encontrado en nuestras viejas revistas, con un Don Pantuflo, padre de Zipi y Zape afirmando que la miel es muy sana y alimenticia. Y un final inesperado, las abejas dándose a la fuga.
Para aclarar dudas, Zipi es el rubio y Zape el moreno.
Pantalones cortos, chalecos sin mangas y corbata.
Su pelos, demasiados largos para los usos de la época, no sólo les define gráficamente, sino que viene en sugerir su carácter revoltoso.
Correr, saltar, gritar…sueles ser el preámbulo de su capacidad de provocar incendios, inundaciones y demás catástrofes.
El acercar las flores a las abejas para que no tengan que desplazarse, parece a priori, una buena idea.
Doña Jaimita es la madre de los gemelos y Don Pantuflo Zapatilla,es catedrático de Numismática, Filatelia y Colombofilia.
Pantuflo es un un señor culto y serio, que sorprende que pusiera a sus hijos esos nombre de risa. ¿Una abreviatura del apellido familiar Zapatilla?
Obedezcamos a papá y seamos unos ciudadanos de tomo y lomo. Y aunque lo intentan, siempre les falla algo.
Una fría mazmorra con telarañas, grilletes, un cántaro de agua y un mendrugo de pan suelen ser los tristes finales de las aventuras de estos gemelos, casi siempre iniciadas por una alocución del padre, Don Pantuflo Zapatilla.
José Escobar, creador de Zipi y Zape
Josep Escobar i Saliente, Barcelona 1908-1994),fue, además del creador de estos gemelos llamados Zipi y Zape, de otros muchos personajes como Carpanta o Petra, a lo largo de las 6 décadas de su vida trabajando como historietista.
También tocó el mundo del teatro, el pedagógico y llegó a ser inventor.
En los años 50 impartió un curso por correspondencia, dirigido a aquéllos que quisieran perfeccionar el arte en el dibujo humorístico, los dibujos animados o la caricatura personal.
Transmitía su forma de ser y su manera de ver el mundo en sus historietas, llenas de personajes pícaros en ocasiones o inquietos por naturaleza, pero entrañables.
Para saber más:
– Los tebeos de nuestra infancia. Antonio Guiral