Personalmente siempre me ha dado un poco de respeto cuando nuestros caminos se cruzan, ya que una pareja de abejas carpinteras (Xylocpa violacea) lleva ya muchos años asentada en un cobertizo cercano a casa, siguiendo la costumbre de las hembras jóvenes de la abeja carpintera construir su nuevo nido en el lugar donde han nacido.
Lo que hemos aprendido sobre la abeja o abejorro carpintero
Es un insecto difícil de fotografiar, y que se hace notar en su vuelo, por su tamaño y el ruido que emite. Vive en el sur de Europa.
Son insectos solitarios que no forman colmenas como las de la abeja doméstica.
Le gusta taladrar la madera para hacer su nido, y tiene una curiosa tonalidad azul violeta metálica.
Tamaño, de 25 a 30 milímetros. El macho carece de aguijón y la hembra pica raramente. Al igual que las avispas, pueden picar varias veces sin morir en el intento, ya que el aguijón no se queda clavado en la piel. Son los machos los que se te acercan volando, invitándote a dejar la zona donde tiene su refugio o fuentes de alimentación.
Le encantan las especies de uso en jardinería, como por ejemplo el romero. Comparte espacio con otros insectos como la Xylocopa valga.
Son fáciles de encontrar en áreas urbanas, volando cerca de los aleros de madera de las casas, parecen siempre curiosos por descubrir algo nuevo, y dan vueltas y vueltas por ahí.
También se les considera buenos polinizadores. Tiene una larga lengua de un centímetro para libar incansablemente el néctar de las flores y recoger el polen.
Y si no llega con su lengua, como ocurre en la flor de narciso, recorta la base para llegar al néctar.
Cuando escasean las flores, puede volar hasta 5 kilómetros de su nido.
Ciclo biológico de la abeja o abejorro carpintero
El macho y la hembra de esta especie hibernan juntos en un refugio y en la primavera despiertan y se aparean.
Luego, construirán un nuevo nido, utilizando sus fuertes mandíbulas horadando en madera seca (postes, ramas muertas, vigas de casas, etc…) una galería horizontal y luego una vertical de 15-20 centímetros de largo y 1,5 centímetros de ancho. Solo hay un orificio de salida.
Con su saliva aglutinan serrín y van haciendo celdas o compartimentos separados, donde colocarán alimento y una larva. A finales de agosto saldrán las abejas jóvenes por esa galería.
Ya conocemos a una abeja más, que merece mucho la pena respetar.